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Secuelas Emocionales de la Pandemia



Por

Lic. Anny Lucía Novoa Llanos - Psicóloga, Psicoterapeuta Gestalt



¿Qué nos está dejando la pandemia? Iniciamos un estado de emergencia desde Marzo 2020 y ya estamos en el año 2022. Desde el 2020 adherimos a nuestro modo de vida, cuidados extremos de una enfermedad de la que solo sabíamos el nombre y lo fatal que podrían ser las consecuencias de contraerla...establecimos restricciones para salvaguardarnos, una cuarentena que no sabíamos cuánto duraría, mantenernos dentro de nuestras casas, distanciamiento social para evitar los contagios, uso estricto de mascarillas, eludir aglomeraciones por si salíamos, trabajar y/o estudiar desde nuestros dispositivos tecnológicos, lavarnos las manos con jabón constantemente, utilizar alcohol para rociar objetos, todo esto con el afán de desinfectarnos...cambiar nuestros hábitos de entretenimiento, cambiar nuestra forma de socializar, de vivir...


¿Qué consecuencias nos trajo cambiar de un momento a otro nuestras costumbres? ¿Qué tan difícil para nosotros fue hacerlo? Para algunas personas, detuvo el ritmo frenético del estrés al que ya estaban acostumbradas y un autodescubrimiento de debilidades y fortalezas para enfrentar situaciones críticas o para simplemente protegerse, pero para muchas otras personas trajo angustia por el confinamiento y la pérdida de seres queridos, duelos no resueltos, sentimientos de soledad, abandono, sensación de estancamiento, miedo, ansiedad y pánico, insomnio y/o problemas para el sueño, somatización del estrés, y hasta depresión...eso también trajo enfermedades físicas y la agudización de enfermedades ya diagnosticadas. Algunos resolvieron sus dificultades, otros están en proceso de resolución y muchos aún están en camino de darse cuenta.


En el transcurso de 2 años vivimos diferentes circunstancias: desde un aislamiento obligatorio hasta la reactivación no gradual de nuestras actividades en modo presencial, pero con condicionamientos. Nos acostumbramos a mantener esas restricciones como escudos, formas de protección, autodefensa, vivir alertas, pero ¿qué ocurre cuando nos dicen que las mascarillas o los protectores faciales ya no son necesarios en algunas circunstancias? ¿qué nuestro escudo frente al covid-19 y sus variantes ya no son obligatorios? Tenemos que ir dejándolos, ¿cómo nos hace sentir ese cambio? ¿cómo nos quitamos nuestras corazas? ¿ya no hay de qué protegernos? ¿cómo adquirimos esa seguridad? O, mejor dicho, ¿cómo la recuperamos? En diferentes partes del mundo están reduciendo las restricciones, para muchos es una forma de liberarnos, pero para otros es una forma de desprotegernos.


¿Qué podemos hacer ante esa nueva adaptación si nos sentimos vulnerables?


1. Mantener objetivos a corto, medio y largo plazo alcanzables y realistas, ajustando pequeños pasos que vayan en dicha dirección.

2. Comenzar a exponernos a los estímulos temidos en función de su carga perturbadora, desde los menos a los más estresantes (ampliando a su vez la frecuencia e intensidad de estas aproximaciones).

3. Tenernos paciencia. Los cambios deben ser progresivos y constantes, necesitamos crear nuevas redes neuronales que favorezcan el nuevo aprendizaje. Tener en cuenta que puede haber retrocesos y avances, solo que una vez que retrocedemos avanzamos el doble.

4. Reconocer y valorar cada avance o pequeño logro que obtenemos.

5. Establecer una red de apoyo y soporte. Compartir nuestras vivencias, emociones y pensamientos por más insignificantes que parezcan, permitirse ser escuchado y escuchar a otros. Esto facilita el aprendizaje y nos libera de las famosas autoexigencias.

7. Meditar y trabajar nuestra respiración para ir liberando la tensión. Visualizar estas crisis como una oportunidad para crecer y avanzar.


Y por último, el cambio es lo único constante en nuestras vidas, si se nos dificulta hacerlo por nosotros mismos, busquemos ayuda profesional, eso solo ampliará y mejorará nuestros propios panoramas.


*La mayoría de situaciones críticas traen otras condiciones que necesitan ser resueltas con el acompañamiento de un profesional. Si necesitas ayuda, contáctanos y te derivaremos a uno de nuestros profesionales.


“Cuanto más grande el caos, más cerca está la solución” (Proverbio Chino)

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