Insectos, pequeños aliados invisibles
- jennyguillen21
- hace 6 días
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Aunque muchas veces los insectos tienen mala fama, la mayoría cumple funciones esenciales para la salud de los ecosistemas. Observarlos, conocerlos y protegerlos es clave para mantener el equilibrio natural y la productividad del huerto.
Aquí te contamos cinco razones para valorar su presencia:
1. Polinizadores incansables: Abejas, mariposas, escarabajos y otros insectos transportan polen de flor en flor, haciendo posible la reproducción de muchas plantas comestibles y silvestres. Sin ellos, no tendríamos tomates, manzanas o calabacines… ni biodiversidad floral.
2. Recicladores del suelo: Los insectos detritívoros, como lombrices, tijeretas o escarabajos del estiércol, descomponen restos orgánicos y los transforman en nutrientes disponibles para las plantas. Su actividad mejora la estructura del suelo y favorece la fertilidad natural del huerto.
3. Controladores biológicos: Arañas, mariquitas, crisopas y avispas parásitas se alimentan de pulgones, moscas blancas y otros insectos que afectan los cultivos. Su presencia mantiene las plagas a raya sin necesidad de recurrir a pesticidas, protegiendo así la salud del ecosistema.
4. Indicadores de salud ecológica: Los insectos son muy sensibles a los cambios ambientales. Su diversidad y abundancia nos ayuda a evaluar la calidad del suelo, del agua y del entorno. Donde hay insectos diversos, suele haber un ecosistema sano y equilibrado.
5. Fuente de conocimiento y biomímesis: El estudio de los insectos ha inspirado avances en ciencia, agricultura y tecnología. Sus estrategias de supervivencia, organización social y adaptaciones son fuente de ideas sostenibles que podemos aplicar para mejorar nuestra relación con la naturaleza.
En lugar de temer a los insectos, aprendamos a observarlos y a convivir con ellos. Crear espacios con flores nativas, evitar pesticidas, mantener rincones con hojarasca y permitir la vida silvestre en el huerto son acciones que favorecen a estos pequeños grandes aliados.
Porque sin insectos, no hay huerto. Y sin huerto, no hay vida.