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Integrar la permacultura en el currículo escolar: promoviendo la educación práctica y el aprendizaje sostenible



La educación práctica es un enfoque pedagógico que pone énfasis en el aprendizaje a través de la experiencia directa y la participación activa en actividades concretas. Este enfoque busca proporcionar a l@s estudiantes oportunidades para aplicar sus conocimientos teóricos en situaciones reales, fomentando el desarrollo de habilidades prácticas, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.


La educación práctica puede incluir actividades como proyectos de investigación, trabajo de campo, laboratorios, simulaciones, experimentos, entre otras experiencias de "aprender haciendo".


Por otro lado, el aprendizaje sostenible se refiere a un enfoque educativo que busca promover la comprensión y la práctica de la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida. Este enfoque no solo implica adquirir conocimientos sobre temas ambientales, sociales y económicos, sino también desarrollar habilidades, actitudes y valores que fomenten la toma de decisiones responsables y el respeto por el medio ambiente y las comunidades.


El aprendizaje sostenible aspira a preparar a las personas para ser ciudadan@s comprometid@s con la creación de un mundo más equitativo, próspero y respetuoso con el entorno natural.


Así, integrar la permacultura en el currículo escolar puede promover un aprendizaje muy significativo no sólo en el ámbito académico sino social en general. Aquí, algunos beneficios clave:


1. Conciencia ambiental: La permacultura fomenta una comprensión profunda de los ecosistemas y promueve prácticas sostenibles, lo que ayuda a desarrollar una conciencia ambiental clave y significativa.


2. Enfoque didáctico: Al participar en actividades de permacultura, l@s estudiantes adquieren habilidades prácticas, como la jardinería/huertos, el compostaje y la gestión de recursos, lo que permite aplicar su aprendizaje de manera tangible.


3. Conexión con la naturaleza: La permacultura brinda la oportunidad de conectarse con la naturaleza de manera significativa, lo que puede fortalecer el vínculo con el medio ambiente y fomentar un mayor respeto por la tierra.


4. Pensamiento sistémico: Al estudiar la permacultura, se desarrollan habilidades para comprender y diseñar sistemas sostenibles a favor de la naturaleza, lo que promueve el pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas.


5. Empoderamiento y autonomía: La permacultura brinda herramientas para crear soluciones sostenibles siguiendo los patrones de la naturaleza que ya funcionan desde siempre, lo que refuerza la confianza y seguridad para abordar desafíos ambientales y sociales.


La integración de la permacultura en el currículo escolar es crucial, ya que brinda la oportunidad de desarrollar una comprensión profunda de los principios de sostenibilidad, la interconexión de los sistemas naturales y humanos, y las habilidades prácticas necesarias para abordar los desafíos ambientales actuales. Al fomentar una conciencia ambiental significativa y promover el pensamiento sistémico, la permacultura enriquece el aprendizaje de l@s estudiantes como agentes de cambio en la construcción de un futuro más sostenible.


Del mismo modo, la permacultura se puede adaptar en la gestión de recursos académicos al fomentar la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos como el agua, la energía y los materiales, a través de prácticas sostenibles. Esto incluye diseñar espacios educativos que funcionen en armonía con el entorno, promover la diversidad y la integración de conocimientos, así como buscar soluciones creativas y sostenibles para los desafíos educativos.


Además, promueve la integración de los alumnos en el diseño y mantenimiento de espacios educativos que reflejen los principios de resiliencia y sostenibilidad. Esto puede incluir el reciclaje de materiales para proyectos educativos y la incorporación de métodos de enseñanza que respeten el ritmo natural de aprendizaje y fomenten la interconexión con el entorno.


Puede integrarse también en la gestión de las personas en un entorno académico promoviendo una cultura de colaboración, respeto y cuidado mutuo entre estudiantes, profesores y personal administrativo fomentando la interacción y el bienestar de todos los miembros de la comunidad educativa.


La permacultura nos invita a considerar las necesidades humanas en equilibrio con las del entorno natural, lo que puede influir en la planificación de acciones, dentro y fuera del ámbito educativo, que promuevan la salud, el confort sostenible y la conexión con la naturaleza.

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