Habas: la legumbre que nutre la mesa y regenera la tierra

Las habas no solo son una fuente excepcional de proteínas y fibra, sino también un aliado clave para la salud del suelo. Su capacidad para fijar nitrógeno mejora la fertilidad de la tierra de forma natural, reduciendo la necesidad de fertilizantes y favoreciendo un huerto más sostenible.
Además, su resistencia a las bajas temperaturas y su facilidad de cultivo las convierten en una opción ideal para los huertos de invierno, asegurando cosechas abundantes con un impacto ambiental mínimo.
Consejos para su cultivo:
Clima ideal: Prosperan en temperaturas frescas (5-18 °C) y resisten heladas ligeras. En climas mediterráneos, se siembran en otoño o principios de invierno para cosechar en primavera.
Preparación del suelo: Prefieren suelos sueltos y bien drenados, ricos en materia orgánica. Su sistema radicular profundo mejora la estructura del suelo y optimiza la retención de nutrientes.
Riego moderado: Necesitan agua constante, pero sin encharcamiento. El riego por goteo es ideal para mantener la humedad y prevenir enfermedades.
Cosecha escalonada: Se pueden recolectar cuando las vainas están tiernas o esperar a que las semillas maduren. Esto permite una cosecha continua y flexible.
Compatibilidad con otros cultivos: Se asocian bien con zanahorias, lechugas y espinacas, optimizando el espacio y protegiendo el suelo. Sin embargo, es mejor evitar plantarlas junto a ajos y cebollas, que pueden dificultar su desarrollo.
Beneficios para el huerto y la alimentación:
Regeneración del suelo: Su capacidad de fijación de nitrógeno enriquece la tierra, preparando el terreno para futuros cultivos y reduciendo la necesidad de fertilizantes sintéticos.
Sostenibilidad en el huerto: Requieren pocos recursos, se adaptan a prácticas ecológicas y sus restos pueden incorporarse al compost, cerrando el ciclo de nutrientes.
Nutrición completa: Son una fuente excelente de proteínas vegetales, hierro y fibra, fortaleciendo el organismo y promoviendo una alimentación equilibrada.
Las habas son mucho más que una legumbre de invierno: son un cultivo que nutre, fortalece y regenera. Su cultivo no solo proporciona un alimento saludable y versátil, sino que también contribuye a la sostenibilidad y equilibrio del huerto.
Aprovechar esta temporada para incorporarlas al huerto es una decisión que beneficia tanto a la tierra como a la alimentación. Un recurso natural que mejora el suelo y enriquece la mesa.